Se estrenará, en principio, en la extraordinaria del próximo año.

El taller de Jesús Guerrero García viene trabajando en la recuperación del primitivo manto inacabado de la Virgen de la Encarnación de la Hermandad de San Benito.
La pieza fue ejecutada en el taller de Leopoldo Padilla Vic entre 1959 y 1962, utilizando como soporte terciopelo rojo y siguiendo en todo momento el estilo ornamental de las bambalinas del paso de palio. Cuando se comenzó a gestar este manto, allá por 1958, la corporación de la Calzá firmó un contrato en el que se detallaba que esta pieza del bordado se iría pagando en cuatro fases. Los problemas económicos hicieron que el segundo y el tercer plazo se pagasen a contrarreloj, pero el cuarto nunca se llegó a efectuar y Padilla entregó el manto tal y como se encontraba en aquel momento.
Es por ello que, con motivo del veinticinco aniversario de la coronación canónica de la Palomita de Triana, el grupo joven de San Benito y las cuadrillas de capataces y costaleros de los pasos del Cristo de la Sangre y de la Virgen de la Encarnación han venido recaudando fondos para restaurar y concluir este manto, pudiéndolo así lucir la Dolorosa en su traslado a la Catedral del próximo 13 de diciembre de 2019.
Jesús Guerrero está llevando a cabo e pasado a nuevo terciopelo de los bordados y la inclusión de nuevos en las zonas pendientes, además de restituir la cenefa perimetral del mismo. Cincuenta y seis años después se verá concluido el manto de Padilla. No obstante, y como curiosidad, la Virgen de los Dolores del Cerro lució este manto inacabado en 1990, ya que la Hermandad de San Benito adquirió en 1989 el de Fernández y Enríquez.