Muchos son los cofrades que afirman que cuando la Virgen de la Amargura baja y se encuentra con el pueblo, y extiende su mano a éste el tercer fin de semana de noviembre, es sinónimo de que la Semana Santa se aproxima. Durante cinco días se ha podido disfrutar de la Dolorosa de San Juan de la Palma en solemne besamanos, siendo numerosas las personas que hicieron cola para encontrarse, cara a cara, con Ella.
El presbiterio del templo lució para la ocasión lleno de flores y con las piezas en plata del primitivo misterio del Desprecio de Herodes, conocido popularmente como «el Acorazado Potemkin». Como culmen, esta noche será la función conmemorativa del 64 aniversario de su coronación, siendo la primera virgen dolorosa en esta coronada en la ciudad.