Faltaron las tradicionales vigilia de la víspera del 8 de diciembre. Se echaron en falta los rezos a la Pura y Limpia y los cantos de la Tuna de Derecho a la Virgen de la Estrella. Pero lo que no nos ha podido arrebatar la pandemia es el poder disfrutar de numerosas veneraciones, a pesar de las que se suspendieron días atrás, durante esta jornada.
A continuación, os dejamos una pequeña muestra de algunas de las veneraciones que se sucedieron en la ciudad durante el martes 8 de diciembre, festividad de la Inmaculada Concepción.
Nos marchamos hasta el barrio de Padre Pío, para disfrutar de la Madre de la Divina Gracia. Al llegar al centro, encontramos la dulzura en el camarín de la Divina Pastora de Santa Marina y en San Martín, a la Virgen de Guía. Difícil no enamorarse de la Virgen de la Cabeza en San Vicente y de la Virgen del Rocío en la parroquia de San Ildefonso. Destacamos la solemnidad de la veneración a la Purísima Concepción del Silencio y a la Virgen del Socorro del Amor.
Fotografías de Fran Gutiérrez.
PASIÓN Y ESPERANZA 