Capítulo 3: Tiempos pasados

Por Juan Avecilla.

El hecho de pensar que todo tiempo atrás fue mejor es tan propio de la añoranza de tiempos pasados como del miedo a tiempos futuros, nos da pánico lo inseguridad del futuro y vivimos apresados en la añoranza de lo que fue y de lo que estuvo, de lo que vivimos y ya se acabó.

Igual le pasa al cofrade cuando añora a Virgen de los Reyes detrás del Cristo de canela y clavo, le pasa cuando echa de menos el “flamenqueo” característico de los palios de antes, le pasa al abuelo cuando le cuenta a su nieto que antes ese misterio tenía un esclavo negro, y le pasa el sevillano cuando ve las marcas de los raíles del tranvía en plena calle Feria.
Y lo sé porque ese cofrade también soy yo, y también eres tú.

Hay etapas que se acaban y etapas que se acabarán, pero eso solo significa que otra nueva está por comenzar, aunque a veces esto que parece tan obvio se nos olvide con tal facilidad. Y esto es aplicable a todos los ámbitos de la vida. Al fin y al cabo, todo es cuestión de abrazarse a la esperanza y tenerla muy presente siempre en nuestra vida, tan necesario como el aire.

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