Juan Miguel Vega, un pregón para todos y esperado

‘Macarena’ fue la marcha escogida por el pregonero y que sonó junto a ‘Amarguras’.
Foto: Alejandro del Castillo – Consejo de HHCC

Como marca la tradición, el Teatro de la Maestranza acogió este acto. Presentado por Manuel Alés, teniente de alcalde y Delegado de Fiestas Mayores, comenzó hablando del amor y dedicando unos hermosos versos a Sevilla. Tras realizar un análisis por la previa, por la Cuaresma, el pregonero comenzó por el Domingo de Ramos. Incluso hizo alusiones a Bécquer mientras hablaba de la Paz a su paso por el Parque. Un pregón en el que todas las hermandades fueron nombradas. Especial fue la mención al Amor, su hermandad. Acabó hablando del Domingo de Ramos afirmando que los ángeles sueñan cómo sería el cielo si estuviesen en la tierra.

Juanmi analizó su infancia y sus comienzos junto a la Esperanza de Triana con unos versos hermosos afirmando que él recibió la fe cristiana en la pila de Santa Ana. Llegaron unos emotivos momentos junto a su padre y a El Cachorro.

Especiales y emotivos también fueron los versos dedicados a la Virgen de la Estrella, que sirvieron como nexo para la parte dedicada al barrio y a la Hermandad de San Bernardo. El pregonero se abrió en canal hablando de su Cristo de la Salud, al que calificó como ‘alfa y omega’ de la Semana Santa.

Tampoco faltó el humor con su clásico ‘Latín Macarrónico’, haciendo alusión a que dos armaos un Jueves Santo comentaron la posibilidad de entrar en ‘El Tremendo’, en lugar de en el Ateneo. Sus dosis de humor y sus recuerdos de infancia se fundieron, siendo también muy simpáticas las palabras dedicadas a Pilatos. Incluso aludió, según su vecina Conchita, a que la Canina se cambiaba la guadaña de mano. Las palabras dedicadas a ‘La Canina’ fueron muy especiales y simpáticas, despertando las risas.

Hizo alusión a Manolo Toro y a su Virgen de las Aguas, que es una Virgen tan bonita y con una cara tan redondita que en vez de estar en una iglesia está en un Museo.

También se habló de las Vísperas y de la evolución de la Semana Santa, a las que bautizó como ‘Hijos pródigos de Sevilla’. Las anécdotas no pararon de sucederse en todo momento, como su conversación con el taxista que lo llevó al Consejo el día de su designación.

Para Juanmi Vega, la Semana Santa es también de los que no creen en Dios. Y esa parte fue enlazada con la dedicada al Señor del Gran Poder. Poco a poco, el pregonero fue realizando un repaso por las hermandades de barrio y por las principales devociones. Todas las hermandades fueron nombradas, incluso la Resurrección, de la que habló como el sentido de la Semana Santa y como víspera del próximo año.

Hubo alusiones a la próxima coronación de la Virgen de la Piedad del Baratillo. Su Cristo del Amor tuvo una especial repercusión, así como un sentido homenaje a Juan Miguel Ezpeleta, que sirvieron como nexo para hablar de Los Gitanos. De igual modo, los costaleros de ayer y Pascual González también tuvieron su lugar.

Antes de comenzar a hablar de la Macarena dijo: «Ya está aquí la que todos estabais esperando». Lo hizo mientras recordaba su etapa como periodista de radio. Se sucedieron infinidad de anécdotas y hermosos momentos en torno a la Virgen de la Esperanza.

Y con alusiones al gran ‘Angelito el Aguao’ fue culminando su pregón con el mítico «¡Cofrades a la calle!». Incluso al rockero Silvio nombró en su final del pregón, volviendo ya a San Bernardo una vez concluida su estación de penitencia. Con frases al Domingo de Ramos y al fin de la espera, concluyó el pregón de una hora y 45 minutos de duración.

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