La pintura que ha comprado la corporación es una «Asunción de la Virgen» en óleo sobre tabla, perteneciente al círculo de Pedro Machuca.

Se trata de una composición vibrante y dinámica, en la que cada personaje se analiza tanto individualmente como en relación con el grupo, revelando diversas posturas y perspectivas. Esta majestuosa tabla, de 187 x 104 y 204 x 119 cm con el marco, muestra la Asunción de la Virgen, llevada en cuerpo y alma al Cielo, de un modo triunfal y escenográfico. Podemos observar también que María no asciende al cielo por sus propios medios, como lo hace Cristo, sino que es llevada en alto por los ángeles, y siguiendo la tradición del arte occidental, el artista representa la Asunción corporal de María fuera de la tumba en la que había sido sepultada por los apóstoles.
Detrás de ella se despliega la Gloria, simbolizada por una suave luz divina y un elaborado rompimiento, en cuyos bordes se disponen ángeles en distintas poses; algunos miran hacia la tierra y otros dirigen su atención hacia la Virgen. En el plano terrenal, separado del celestial por la línea de nubes, los personajes se agrupan alrededor de la tumba abierta de María. Son los apóstoles, quienes, tras presenciar su fallecimiento, contemplan asombrados su Asunción. Algunos están representados de espaldas, formando una composición circular en torno a la tumba, clásica y ordenada pese a la aparente aglomeración de figuras, que aporta teatralidad y, sobre todo, dinamismo a la escena. La mayoría de los personajes mira hacia el cielo, con las manos alzadas en un gesto que expresa tanto sorpresa como devoción.
La obra suele incluirse dentro del círculo de Pedro Machuca, recordado principalmente como el arquitecto español que diseñó el Palacio de Carlos V (iniciado en 1528) junto al Alcázar de Granada. Se conocen pocos detalles de su vida. Nacido en Toledo, se dice que fue alumno o amigo de Miguel Ángel. Su presencia en Italia está documentada ya en 1517, cuando firma La Virgen y las ánimas del Purgatorio (Museo del Prado), obra cuyo estilo sugiere una conexión con el taller de Rafael. De regreso a España en 1520, trabajó como pintor en la Capilla Real de Granada y también en Jaén, Toledo y Uclés.