La Catedral de Sevilla ha presentado el resultado final de los trabajos de restauración y conservación acometidos a esta obra, que encarnaba grandes misterios.

Estas labores forman parte del plan anual de conservación del monumento impulsado por el Cabildo Catedral. Durante la mañana del pasado martes, se presentó el resultado de los trabajos realizados por la especialista Ana Marín en las instalaciones de la seo metropolitana. La restauración de esta obra, ejecutada con la técnica de óleo sobre lienzo y tradicionalmente atribuida a Murillo, ha revelado numerosos enigmas. Se trata de un destacado trabajo que, tras muchas horas de minucioso proceso, ha permitido apreciar detalles que antes pasaban inadvertidos, como la técnica empleada, la paleta de colores, la anatomía y otros aspectos relevantes.
Previo a la restauración, el investigador Pablo Hereza examinó minuciosamente la pintura, llevando a cabo un exhaustivo estudio a lo largo de todo el proceso. Este trabajo de investigación ha incorporado nuevos hallazgos que han permitido al historiador reconstruir en detalle el recorrido histórico de esta fascinante obra de arte. La pieza estará expuesta en la Sala del Pabellón Neoclásico, ubicada al inicio del recorrido cultural por la Catedral.
La restauración de esta obra ofrece un triple interés. En primer lugar, destaca la recuperación de una pieza artística de gran calidad, prácticamente desconocida tanto para especialistas como para el público general. En segundo lugar, resalta la historia detrás de la donación de este cuadro por parte de los capuchinos a la Catedral, así como los interesantes cambios en su atribución. Finalmente, gracias a nueva documentación y testimonios historiográficos, se plantea que esta obra pertenece a SG ‘El Mulato’, diferenciándolo del pintor homónimo ‘El Granadino’.
Esta pieza se convierte en un punto de referencia fundamental para distinguir las producciones de ambos artistas, hasta ahora confundidos en un todo indistinto. La restauración realizada por la Catedral, junto con las investigaciones asociadas, no solo recupera una obra para el patrimonio catedralicio y sevillano, sino que también abre un debate significativo para resolver una antigua confusión historiográfica.