Nuevas esculturas de San Miguel y San Gabriel enriquecen el retablo del Convento del Santo Ángel

El Convento del Santo Ángel completa su retablo con un lenguaje barroco, con las esculturas del onubense Abraham Ceada

El Convento del Santo Ángel de Sevilla ha presentado dos nuevas esculturas de los arcángeles San Miguel y San Gabriel, obra del imaginero onubense Abraham Ceada. Con esta incorporación, se completa el programa iconográfico del altar mayor, que durante años mostró un vacío en su parte superior, como revelan antiguas fotografías conservadas en la fototeca de la Universidad de Sevilla. La comunidad carmelita, consciente de esta carencia, decidió encargar las imágenes a un artista que supiera integrar su estilo en el lenguaje artístico del siglo XVIII, logrando una armonía con las esculturas ya presentes en el retablo.

Las nuevas tallas se unen a las de San Rafael y el Ángel de la Guarda, realizadas por Blas Molner en 1792, así como a la Virgen del Carmen de Cristóbal Ramos y a las figuras de Santa Teresa y San Juan de la Cruz, esta última obra de Pedro Roldán en 1675. Ceada ha trabajado con la técnica de la terracota y la tela encolada, al estilo de Ramos, consiguiendo esculturas que dialogan perfectamente con las piezas ya existentes. Con una altura de 2,30 metros, las figuras han sido concebidas para que su presencia en el ático del retablo sea imponente y no pase desapercibida dentro del conjunto.

El imaginero ha dotado a los arcángeles de una gran expresividad y movimiento, creando un equilibrio compositivo con el resto del retablo. San Miguel se representa con el brazo derecho alzado, en actitud de golpear al dragón maligno, mientras que San Gabriel extiende su brazo izquierdo hacia la derecha, generando un dinamismo visual que resalta en la parte superior del altar. Además, Ceada ha aplicado técnicas de estofado en oro en las telas, con tonos pastel que se integran con la estética del conjunto barroco.

El encargo se ha completado con piezas de platería realizadas por José Manuel Bernet, quien ha enriquecido un escudo metálico y restaurado una vara de azucenas en plata del siglo XVIII. En su conjunto, esta intervención representa un retorno a la teatralidad del barroco tardío sevillano, con influencias del arte centroeuropeo e italiano, referencias constantes en la obra de Ceada. Con estas nuevas imágenes, el retablo del Convento del Santo Ángel alcanza una plenitud iconográfica y estética que refuerza su valor artístico e histórico.

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