El legado de ‘Rosco’: un hombre de fe, rugby y dedicación inquebrantable a la hermandad del Cachorro

El mundo cofrade sevillano lamenta la pérdida de José María Ruiz Romero, conocido como ‘Rosco’, a los 74 años. Su fallecimiento deja una gran vacío, especialmente en la hermandad del Cachorro, donde dejó una huella imborrable. Heredero de la tradición cofrade, su abuelo y padre formaron parte de la junta de gobierno del Cachorro. En un año especialmente significativo para la hermandad, ya que el Cristo de la Expiración viajará a Roma para el Jubileo de las Cofradías, ‘Rosco’ nos deja a horas de comenzar sus cultos.
Hermano mayor del Cachorro desde 2003 hasta 2012, su mandato fue un periodo de esplendor para la hermandad. Entre sus logros destacan la realización del retablo del Cristo de la Expiración en 2010, la construcción del nuevo ábside en 2009, y la elevación del templo a basílica menor en 2012. También impulsó la creación del columbario de la hermandad y legalizó todos sus inmuebles, asegurando su titularidad. Además, rechazó que el Cristo de la Expiración participara en las Jornadas Mundiales de la Juventud en Madrid en 2011, demostrando su devoción a sus titulares. Su presencia en redes sociales y en los medios de comunicación reflejaba su profunda fe y amor por la hermandad.
En las últimas elecciones, presentó su candidatura para volver a ser hermano mayor, aunque no logró la victoria, su pasión por la hermandad permaneció intacta. Fuera del ámbito cofrade, ‘Rosco’ también destacó en el rugby, deporte en el que obtuvo títulos nacionales y subió al Sevilla Fútbol Club de rugby a la segunda división. Apodado ‘Rosco’ desde los años setenta por su delgadez, era sobrino del escritor Joaquín Romero Murube, quien fue guardián del Real Alcázar de Sevilla.
Descanse en paz, José María Ruiz Romero.