El Santísimo Cristo de las Tres Caídas estrena túnica

La túnica tiene bordados del siglo XIX y el Cristo procesionará con ella la próxima Madrugá
Esperanza de Triana

Con el propósito de ampliar el patrimonio del Santísimo Cristo de las Tres Caídas, la Hermandad de la Esperanza de Triana ha incorporado a su ajuar una túnica histórica, realizada a inicios del siglo XIX. La corporación ha encargado al reconocido taller de bordados de Sebastián Marchante Gambero la restauración y mejora de una destacada pieza de su patrimonio.

La intervención ha consistido en el traspaso de los bordados originales a un nuevo soporte de terciopelo de seda en tono burdeos, manteniendo fielmente la disposición original de los elementos. La decisión se tomó ante el estado de conservación de la obra, que presentaba unos bordados en óptimas condiciones, pero un notable desgaste en el tejido que los sustentaba. Además, el proyecto ha incluido el enriquecimiento de la pieza, contribuyendo de esta manera a la preservación y realce del ajuar del Titular.

La Hermandad ha contado con la colaboración de Pablo Pérez Díaz, técnico restaurador en CYRTA y especialista en conservación y restauración de textiles históricos, cuya intervención ha supuesto una garantía de rigor y excelencia en el tratamiento de la obra. En su estudio, el restaurador subraya la relevancia que tuvieron las fotografías conservadas de la túnica, las cuales resultaron fundamentales para el análisis. Gracias a las características formales y técnicas de los bordados, ha sido posible establecer una estrecha vinculación con la producción de las hermanas Francisca y Rita Zuloaga, al frente de uno de los talleres de bordado más prestigiosos de Sevilla durante la primera mitad del siglo XIX.

Tras el minucioso proceso de análisis y contraste con otras piezas conservadas, el estudio ha revelado similitudes significativas que apuntan a una clara relación estilística y técnica. Estos hallazgos han permitido al equipo investigador establecer la siguiente conclusión: «Con esto quiero transmitirle, por un lado, que afortunadamente dicho estudio ha dado buenos frutos, pues no sólo podemos encuadrar cronológicamente la hechura de la pieza (1800-1839), sino que podemos hablar de una posible autoría con bastante fundamento».

Deja un comentario