La hija del imaginero Luis Álvarez Duarte denuncia una presunta alteración en los rasgos de la Virgen; la corporación defiende el proceso y espera una notificación judicial oficial

La Hermandad del Dulce Nombre de Bellavista se mantiene a la espera y en actitud de calma tras la admisión a trámite, por parte de un juez, de una demanda presentada por la hija del imaginero Luis Álvarez Duarte. La denuncia, según ha trascendido, se fundamenta en una presunta alteración de los rasgos originales de la imagen de María Santísima del Dulce Nombre en sus Dolores y Compasión durante su última restauración.
Fuentes directas de la corporación del Viernes de Dolores han confirmado que, hasta el momento, «aún no ha llegado ninguna denuncia. Cuando llegue, si llega, procederemos», subrayan, apelando a la serenidad ante lo que consideran un procedimiento judicial aún incipiente.
El hermano mayor, Diego Romero, también se ha pronunciado públicamente a través de sus redes sociales. En una publicación reciente, ha compartido un vídeo comparativo del antes y después de la restauración de la imagen mariana, acompañándolo de una cita irónica sobre los argumentos de la demanda:
“…Cambios trascendentales en su rostro, nariz, mandíbula, en la profundidad de las comisuras de la boca y los pliegues y hoyuelo de la barbilla, la alteración en el espectro y profundidad de su mirada…”
A estas palabras añade un comentario personal: «Seguimos trabajando, aunque pese».
Desde la hermandad, se defiende la legalidad y el rigor del proceso de restauración realizado entre finales de 2020 y principios de 2021 por el conservador Darío Ojeda. Según las mismas fuentes, la intervención “fue realizada por un profesional, supervisada por una comisión de expertos, aprobada en cabildo general y por la Delegación de Patrimonio de la Archidiócesis de Sevilla. Todo ello perfectamente documentado, además, con sus pruebas previas, seguimiento del proceso, resultado y registro en archivo”.
La talla de la Virgen, obra del reconocido escultor sevillano Luis Álvarez Duarte, fue realizada en 1969, pocos meses después de la fundación de la parroquia del Dulce Nombre en el barrio de Bellavista. La imagen es una de las devociones más queridas del distrito y su restauración fue asumida por la hermandad como parte de un proyecto patrimonial cuidadosamente planificado.
Por el momento, la corporación espera la evolución del procedimiento judicial, insistiendo en la transparencia del proceso y en la serenidad como respuesta institucional.