Fue presentado en la sala Antonio Domínguez Valverde del Arzobispado.

El pasado martes 15 de julio, el Arzobispado de Sevilla ha acogido un acto de especial trascendencia para la vida eclesial y cofrade: la presentación del libro de actas del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular y el lanzamiento oficial del Observatorio de la Piedad Popular de Sevilla, un nuevo órgano de reflexión, análisis y formación permanente. La cita tuvo lugar en la sala Antonio Domínguez Valverde y estuvo presidida por monseñor José Ángel Saiz Meneses, arzobispo de Sevilla, quien estuvo acompañado por Francisco Vélez, presidente del Consejo General de Hermandades y Cofradías; Joaquín de la Peña, secretario del Congreso, e Ignacio Flores, director del Observatorio.

Durante su intervención, el arzobispo recordó que el II Congreso celebrado en diciembre de 2024 permitió “poner en valor la riqueza espiritual, la profundidad teológica y la dimensión eclesial” de las hermandades, subrayando además que su legado no debe entenderse como un punto final, sino como el inicio de un camino hacia una piedad popular “más consciente, fraterna, solidaria y contemplativa”.

El volumen presentado recoge las actas íntegras del Congreso, con aportaciones académicas desde múltiples disciplinas: teología, antropología, sociología, historia o arte sacro. Para el Consejo de Hermandades, esta publicación se convierte en un recurso imprescindible para la formación y la renovación pastoral de las corporaciones.

En la segunda parte del acto se formalizó la creación del Observatorio de la Piedad Popular, cuyo propósito será servir de espacio de estudio y asesoramiento pastoral para las más de 700 hermandades que pertenecen a la Archidiócesis. Ignacio Flores, doctor en Derecho y catedrático de la Universidad Pablo de Olavide, será su primer director. Cofrade de San Gonzalo y el Calvario, Flores expresó que la misión del Observatorio será “conservar, expresar y transmitir la fe”, desde una visión crítica y comprometida con el futuro.

La comisión ejecutiva estará integrada por el propio arzobispo, delegados episcopales, miembros del Consejo y otros responsables pastorales, todos ellos enfocados en el análisis riguroso de la religiosidad popular como camino de evangelización.