La restauración de Pedro Manzano ha concluido y María Santísima de las Lágrimas recupera su presencia en la capilla de Santa Catalina

La Hermandad de la Exaltación ha dado por finalizados los trabajos de restauración sobre su imagen titular, María Santísima de las Lágrimas, devolviendo así a la dolorosa su lugar en la capilla de Santa Catalina tras un proceso conservador llevado a cabo en el taller del reconocido restaurador Pedro Manzano.
La imagen fue retirada del culto el pasado 25 de junio, una vez concluida la misa de las 21:00 horas, para iniciar las labores que han tenido un carácter preventivo y se centraron principalmente en la consolidación de fisuras y la reparación de ensambladuras abiertas. Estas acciones respondieron a un diagnóstico técnico elaborado por Manzano, quien detectó indicios de desgaste propios del paso del tiempo y las condiciones ambientales, aunque sin daños estructurales graves.
La decisión de intervenir la talla fue respaldada por unanimidad en el Cabildo General Extraordinario celebrado en febrero de 2025, posterior a la revisión de las cuentas del año anterior y los presupuestos de este ejercicio. Los hermanos de la corporación mostraron su apoyo tras conocer el informe que recomendaba asegurar la estabilidad a medio y largo plazo del soporte de la imagen. Los trabajos se extendieron durante dos semanas bajo la supervisión del especialista.
María Santísima de las Lágrimas es una obra anónima del siglo XVII, estrechamente ligada al Barroco sevillano. Aunque la atribución más frecuente la relaciona con Luisa Roldán, conocida como “La Roldana”, esta teoría no cuenta con respaldo documental. La talla, realizada en madera de cedro y policromada al óleo, destaca por su rostro alargado, la mandíbula amplia y un gesto marcado por cejas arqueadas, características que la diferencian notablemente de otras imágenes de la imaginería local.
Esta intervención supone la segunda restauración importante que Pedro Manzano realiza sobre la Virgen de las Lágrimas, tras su primera actuación en 2007. Con esta nueva restauración, la Hermandad de la Exaltación reafirma su compromiso con la preservación del patrimonio artístico y espiritual que custodia, garantizando que esta imagen siga siendo un símbolo de fe, emoción y belleza para las futuras generaciones.