Su titular mariana ha sido retirada del culto durante 48 horas.

La Virgen de la Presentación dejó de recibir la mirada de los fieles durante dos días. La Hermandad del Calvario ha decidido apartarla del culto para trasladarla a un centro especializado, donde será sometida a un TAC que permitirá conocer con detalle su estado de conservación.
La talla, atribuida al escultor Juan de Astorga, refleja como pocas el sello del academicismo decimonónico: una Virgen serena, de rostro aniñado, donde la espiritualidad vence al dramatismo. Datada entre 1834 y 1839, comparte canon y estilo con el San Juan Evangelista de la hermandad, lo que refuerza la hipótesis de un conjunto concebido como parte de la iconografía del Calvario.
Su historia habla de traslados, misterios y devociones. Durante décadas se veneró junto al Crucificado en San Ildefonso, acompañada por otras imágenes marianas que completaban un conjunto escultórico desaparecido. En 1988 fue restaurada por José Rodríguez Rivero-Carrera, recuperando la pureza de sus rasgos.
Más allá de su valor artístico, su advocación conecta con la antigua cofradía de los mulatos, antecedente de la actual hermandad. La Presentación evoca tanto la infancia de María como la profecía de Simeón en el templo: “una espada atravesará tu pecho”. En esa frase se resume la dimensión íntima del dolor mariano, que Sevilla ha sabido expresar en cada una de sus dolorosas.
Durante el pasado 15 de septiembre, día de los Dolores de la Virgen, la dolorosa regresó a su templo en el que ya puede ser visitada de nuevo.