El nuevo hermano mayor apuesta por reforzar la acción social, la formación y las mejoras patrimoniales de la hermandad

La Hermandad de la Milagrosa ha elegido a Francisco Javier Martín Guerrero como su nuevo hermano mayor para los próximos cuatro años, tras el cabildo de elecciones celebrado el 25 de septiembre. Con un 84 % de los votos emitidos, Martín Guerrero obtuvo un amplio respaldo de los hermanos, reflejando la confianza en su proyecto de futuro. Esta elección marca una nueva etapa para la corporación, que busca reforzar tanto su vida interna como su compromiso social.
En su candidatura, Martín Guerrero destacó proyectos centrados en la acción social y la formación, especialmente dirigida a los jóvenes, así como mejoras materiales como la nueva candelería para el paso de palio y la búsqueda de una casa hermandad. La nueva junta de gobierno, integrada por cargos clave en mayordomía, cultos, caridad y juventud, pretende repartir responsabilidades y dinamizar la vida cofrade.
El nuevo hermano mayor afronta así un mandato en el que la unión y el compromiso de todos los hermanos será esencial. Su discurso tras las elecciones insistió en la necesidad de “remar en la misma dirección” para fortalecer la hermandad, potenciar su presencia en la ciudad y mantener vivos los valores cristianos y cofrades que la sustentan desde su fundación.
Como colofón a esta etapa, Javier Martín Guerrero publicó en redes sociales una carta de agradecimiento en la que, con tono emotivo, expresó su gratitud a los hermanos por su apoyo, al Centro Asturiano de Sevilla por su hospitalidad y a los oficiales de la junta saliente por su compromiso. En este mensaje, se muestra “como un niño con zapatos nuevos, con los ojos llenos de estrellas” y reafirma su compromiso total con la hermandad. Además, recordó a su familia su esposa y sus cuatro hijas a quienes considera pilar fundamental en este camino, y dedicó unas palabras a los hermanos difuntos y a sus padres, como inspiración de su fe y de su vida cofrade. Con esta carta, Martín Guerrero cierra la jornada electoral transmitiendo cercanía y unidad, a la vez que marca el tono humano y espiritual de su mandato.