Francisco Vélez se ha pronunciado sobre los dilemas de esta jornada de nuestra Semana Santa.

El presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, Francisco Vélez, ha alzado la voz sobre la urgente necesidad de articular estrategias para encauzar el notable crecimiento en el número de nazarenos que integran los cortejos, una situación particularmente crítica durante la Madrugá, el día cumbre y de mayor complejidad de la Semana Santa hispalense.
Vélez manifestó su inquietud este lunes en una entrevista concedida al programa El Llamador de Canal Sur Radio, donde alertó sobre la impresionante magnitud de las filas de penitentes. Subrayó que, si bien es un factor que se está «fiscalizando año tras año», advirtió que «llegará un momento en que se volverá insostenible«.
El máximo responsable del Consejo enfatizó la obligación de encontrar soluciones consensuadas en colaboración estrecha con los hermanos mayores y la Archidiócesis. Recalcó que «esto se tiene que solucionar», sugiriendo incluso la implementación de iniciativas piloto en la inminente Semana Santa.
El dirigente cofrade hizo hincapié en las penurias que enfrentan los nazarenos, especialmente aquellos ubicados en las últimas secciones de los pasos. Señaló que la problemática trasciende la Carrera Oficial y es una cuestión de índole municipal.
«Tenemos que pensar en el nazareno que va en tropel y, sobre todo, en aquel nazareno que va en el quinto, sexto o séptimo tramo sufriendo las inclemencias de la situación que hay sin ver nada«, apuntó, ilustrando la envergadura logística y humana del reto que entraña la organización de la madrugada del Jueves Santo.
Además, Vélez insistió en la importancia de «empezar a analizar y ensayar remedios» no solo por el bienestar de los penitentes, sino también por el público expectante. Mencionó el aumento del «nerviosismo» y la proliferación de elementos indeseados como las «sillitas chinas» debido a los tiempos de espera excesivamente dilatados.
Las medidas, según el presidente, deben ser personalizadas para cada hermandad. Reconoció que «posiblemente las que más sacan tendrán que adoptar disposiciones más drásticas» que aquellas con un menor número de participantes. No obstante, garantizó el respeto a la tradición y la participación, al asegurar que «no se le va a prohibir a un hermano ir acompañando a sus titulares».
La jornada de Madrugá aglutina actualmente a más de 14.000 nazarenos, con un incremento del 40% en tan solo dos años. Este fenómeno provoca un alargamiento de los tiempos de tránsito y complica los dispositivos para garantizar la seguridad.
Vélez puntualizó que este volumen de nazarenos representa un «problema a todos los niveles», especialmente por las limitaciones temporales que la enmarcan: el inicio condicionado por el Jueves Santo y el cierre por los oficios religiosos en la Catedral.
En cuanto a la posibilidad de ajustar estos topes horarios que constriñen a las cofradías durante la Madrugá, el presidente consideró que la modificación del límite final, ligado a los cultos catedralicios, «seguramente sería más arduo de conseguir», mientras que el inicial «depende de las hermandades». Concluyó que «dialogando y alcanzando pactos se podría conseguir una holgura de tiempo significativa para ambos días, para el Jueves y para la madrugada del Jueves Santo«, y vaticinó que la reducción del tope horario inicial será la solución definitiva, «si no este año, más adelante».
El asunto de la cantidad de nazarenos ha abierto un amplio debate en la ciudad. Si bien cofrades y expertos concuerdan en la necesidad de preservar la seguridad y la dignidad de los participantes, existen disparidades de opinión sobre la conveniencia de los cambios y el potencial conflicto con la libertad de participación de los hermanos en su estación de penitencia.