La Hermandad de la Esperanza de Triana recupera dos frontispicios renacentistas tras una compleja restauración

Dos frontispicios del siglo XVI, dedicados a la Asunción y la Coronación de la Virgen, se incorporan al patrimonio de la Hermandad de la Esperanza de Triana tras un exhaustivo proceso de recuperación
gente de Paz

La Hermandad Sacramental de la Esperanza de Triana ha visto enriquecido su patrimonio artístico y devocional con la incorporación de una pareja de frontispicios del siglo XVI, tallados en madera y decorados con dorados y policromías. Estas piezas, donadas recientemente, han sido sometidas a un exhaustivo proceso de restauración que ha permitido devolverles su belleza original y su profundo valor simbólico. La donación representa un gesto de amor hacia el patrimonio y una muestra palpable de devoción a la corporación trianera.

Datadas en la segunda mitad del siglo XVI, las obras poseen un alto valor histórico, artístico y teológico, al representar dos de los episodios marianos más significativos de la iconografía cristiana: la Asunción de la Virgen y la Coronación de la Virgen. Su llegada a la Hermandad supone un notable enriquecimiento del acervo cultural y religioso de la corporación, además de ofrecer un testimonio vivo del fervor mariano que impregnó el arte del Renacimiento español.

El primer frontispicio, dedicado a la Asunción, destaca por su profundo simbolismo teológico. En la doctrina cristiana, la Asunción se contrapone a la Ascensión: mientras Cristo asciende por su poder divino, María es elevada al Cielo por la gracia de Dios. En esta pieza se observa la evolución iconográfica del siglo XVI, cuando la Virgen comienza a representarse ascendiendo por sí misma, con los brazos abiertos y rodeada de una corte celestial, en clara influencia del arte renacentista italiano.

El segundo frontispicio muestra la Coronación de la Virgen, símbolo de su glorificación como Reina del Cielo y de los Ángeles. La escena representa a María siendo coronada por la Santísima Trinidad en una composición de perfecta armonía y equilibrio. En el eje central se alinea el Espíritu Santo con la figura de la Virgen, flanqueada por Dios Padre y Cristo Hijo, mientras ángeles músicos y serafines completan un rompimiento de gloria de inspiración barroca, envuelto en una atmósfera de intensa espiritualidad.

Las piezas llegaron a la Hermandad en un avanzado estado de deterioro, fruto de un ataque biológico que afectó gravemente la madera. Presentaban grietas, perforaciones, pérdida de policromía, acumulación de suciedad y repintes antiguos, descubiertos mediante análisis con luz ultravioleta.

La restauración, dirigida por el especialista Jairo del Toro Rodríguez, comenzó con una desinsectación integral para eliminar los xilófagos y estabilizar los soportes. Posteriormente se procedió a la consolidación estructural, la limpieza controlada de la superficie y la eliminación de repintes ajenos al diseño original. Finalmente, se llevó a cabo la reintegración volumétrica y cromática de las lagunas, siempre con el máximo respeto hacia la autenticidad de las obras.

Gracias a este meticuloso trabajo, las piezas han recuperado su esplendor estético y devocional, devolviendo a la Hermandad de la Esperanza de Triana un fragmento tangible del arte y la fe del Renacimiento. Con esta donación y restauración, la corporación trianera reafirma su compromiso con la conservación del patrimonio sacro y su papel como custodia de la belleza al servicio del culto, preservando un legado que trasciende el tiempo y encarna la profunda devoción mariana que distingue a la Hermandad de la Esperanza de Triana.

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