Tras la tradicional Felicitación a Nuestra Señora del Sol, la hermandad ha presentado varios enseres recientemente ofrecidos a la Santísima Virgen, piezas que vienen a engrandecer su patrimonio artístico y espiritual gracias a la generosidad de hermanos y devotos

El primero de los estrenos es una saya de tisú de plata enriquecida con aplicaciones de Swarovski, una obra de gran elegancia y delicadeza realizada por Ana Bonilla y Ana Jiménez Bonilla. La prenda ha sido donada por las propias autoras junto a un hermano de la corporación, mientras que la cinturilla ha sido sufragada por un grupo de hermanos, reflejo del carácter participativo y comunitario de la hermandad.

Junto a esta pieza textil, se ha dado a conocer una singular cruz procedente de la región mexicana de Michoacán, donada por dos hermanos. La cruz está elaborada con maderas tropicales y decorada mediante técnicas indígenas de raíz precolombina, aportando un profundo simbolismo y un marcado carácter evangelizador que conecta la devoción mariana con la universalidad de la fe.

Estos nuevos enseres se suman a otros proyectos patrimoniales en los que trabaja la Hermandad del Sol, como la renovación y mejora del vestuario procesional, destacando las nuevas túnicas de nazareno que la corporación irá incorporando progresivamente. Todo ello responde a una línea clara de trabajo que busca cuidar la estética, la identidad propia y el sentido catequético de cada elemento que forma parte de la estación de penitencia y de la vida diaria de la hermandad.

Con estas donaciones, la Hermandad del Sol vuelve a poner de manifiesto la implicación de sus hermanos en el crecimiento material y espiritual de la corporación, fortaleciendo la devoción a Nuestra Señora del Sol y enriqueciendo un patrimonio que es, ante todo, expresión de fe y compromiso cristiano.