Solemnidad en Siete Dolores de Nuestra Señora

El tercer fin de semana de la Cuaresma es siempre sinónimo de solemnidad, tradición, intimismo y oración en la confluencia de San Marcos. Un año más, en un portentoso y a la par sencillo altar (con María Magdalena y San Juan Evangelista como testigos), los fieles acudieron a besar las manos de Nuestra Señora de los Dolores. Unas manos que abrazan, con amor, a su hijo de la Providencia.

El pase de diapositivas requiere JavaScript.

Deja un comentario