Hola amig@s! ¿Qué tal? Me encantaría que todo lo «gallito» que os ponéis con una cerveza en la mano lo demostréis también a la hora de la verdad. Tomando decisiones veraces y activas.

De verdad estoy cansado. Muy cansado de tanta demagogia barata. Estoy harto de leer en foros y de escuchar en tertulias las críticas al Corpus y a la procesión en sí y no veo a nadie que ponga remedio.
¿Cómo nos lavamos las manos? Pues cogemos y criticamos que hay mucha gente en los cortejos, pocos pasos y casi nula presencia de bandas. Pero a la hora de la verdad, no hacemos nada por poner remedio. Sí, claro, achacamos al Cabildo Catedral, organizador del Corpus, que es su competencia, pero es que las hermandades no hacen absolutamente nada por poner remedio. Nada.
¿A mí de que me sirve que tú critiques al Corpus y luego te enfundes tu traje de chaqueta y tu corbata, cojas un cirio y te vayas a la Catedral? De nada. Quien critica no puede incentivar el problema. Pero bueno, ¿de qué me voy a extrañar yo, si esta es la ciudad del postureo y las incongruencias?
El Corpus se ha convertido en un desfile, que ni el de Dior, de gente posturita de esta ciudad que sale con su hermandad, cirio en mano, a saludar a los demás y a que le hagan fotos. A ponerse la medalla y a pasearse. Osea, una extensión de la Feria o de la Maestranza, pero en junio. ¿Cuántos de los que salen en el Corpus han visto el Corpus? Te diría que pocos, muy pocos.
Mucha gente va, sale en su cortejo, y conforme entra se va a desayunar. Así, literal. Osea es un despropósito pero es una verdad como un templo. Es que si tuviesen que quedarse a ver todo el tedioso cortejo desde los niños carráncanos hasta el último militar, les aseguro que no lo harían. Osea que salgo del cortejo, más sudado que un pollo en un asador, y luego me voy a «jincarme» mi buena tostá de jamón. Y ya cuando acabo, tras su litro y medio de agua correspondiente, me voy a ver el regreso del Cristo de la Cena.
Pero, ¿quién eres tú para criticar que vaya gente a ver el Corpus en pantalón corto, si luego eres el primero que no sabes actuar, que vas solo a posturear y no ves al Santísimo ni de refilón? ¿Quién eres tú para criticar a los que van solo a ver al Señor de la Cena en su regreso, si ni siquiera tú te paras a ver la procesión?
A esto hay que darle un giro de tuercas. No se puede permitir que todo el que quiera se apunte. No se puede permitir un cortejo de casi tres horas, a pleno sol, con más de tres mil personas enchaquetadas, para que cada 40 minutos te pase un paso que, permítanme, en muchos casos carece de una calidad artística cuestionable (no todos eh). Aquí tenemos una visión del Corpus rancia, antigua, posturita e infumable. Nos falta flagelarnos y colgarnos del campanario. Uno ve la fiesta de Granada y siente una envidia sana increíble. Y no me digan que ese es nuestro sello, porque entonces les diré que nuestro sello es ver quién es más «posturita».
¿Se debe de cambiar ésto? Sí. Hay que limitar el número de personas en los cortejos. Hay que suprimir las varas, aquí el protagonismo lo tiene Jesús Sacramentado. Hay que incorporar bandas, porque menos desfiles y conciertos y más meterle música al cortejo. Hay que incorporar mínimo un paso más y currarse más el estilo de ciertas andas, que quitando tres, vaya el nivel. Pero bueno, nadie en esta ciudad es capaz de dar un golpe en la mesa y buscar una solución real. Es más fácil mañana tomarse una cerveza y criticar.
Sigan. Así estaremos en 2023. Ustedes volviendo a criticar y yo escribiendo este artículo que volveré a titular como «Otro año igual».