Hola amig@s! ¿Qué tal? Me abruma, me cansa, me agota y hasta me genera ya risa leer los comentarios y opiniones de ciertos sujetos que se creen sabedores de la verdad absoluta y hasta con la capacidad para intentar influir sobre el resto.

Os pongo en situación amigos. La Hermandad del Santo Entierro propuso a Palacio la celebración en el Sábado Santo de 2023 de un Santo Entierro Grande para conmemorar el 775 aniversario de la restauración del culto cristiano en Sevilla por parte del rey San Fernando. Tanto Palacio, como el Ayuntamiento, como el Consejo aprobaron dicha iniciativa.
Ahora bien, sorprendentemente hace escasos días, aparecen tres hermandades del Sábado Santo que manifiestan públicamente sus críticas y quejas ante la idea de que el Santo Entierro Magno/Grande prospere, que se esté organizando y que casi sea una realidad latente que se va a celebrar el próximo año, y que éstas no hayan sido informadas debidamente.
Yo creo que estas tres hermandades no tienen derecho alguno de expresar públicamente a través de las redes sociales su malestar, y menos en un comunicado conjunto, ya que si ni siquiera los hermanos de San Gregorio han sido informados sobre la organización de esta procesión magna, ellas no son más para ser notificadas de la misma. Está claro que todo el proceso organizativo y la idea de hacer realidad este proyecto verá la luz en septiembre. Como todo en esta ciudad, que se deja después del verano. Por tanto, ¿a qué viene este afán de protagonismo?
¿Pero qué vienen a protestar hermandades que llevan tan poco en la jornada? ¿Estas hermandades saben que cuando accedieron al día el Santo Entierro Grande ya existía? Cuando uno es una hermandad de Vísperas y solicita una jornada sabe a lo que se atiene. Si yo solicito el Jueves Santo o el Viernes Santo se que se tiene el inconveniente de los oficios de la Catedral y de la Madrugá. Pues si yo solicito entrar el Sábado Santo debo ser consciente que, además de los oficios, se puede llegar a celebrar una procesión magna del Santo Entierro.
Claro, esto es un aliciente para que los hermanos «molestos» que tienen estas hermandades salten avispados por redes a criticar a todo lo que huela a Santo Entierro Grande. Todos sabemos quienes son, porque les gusta hacerse notar.
¿Saben ustedes lo que pasa? Estas personas, que por supuesto no representan al conjunto de su Hermandad, suelen ser bastante maleducadas. Aseguran que una procesión magna sirve para restar valor a sus hermandades en el sentido de que se les puede obligar a modificar sus itinerarios y sus aspectos organizativos por tal de adaptarse a las que forman parte del cortejo del Santo Entierro.
Pero hay que hacer un matiz, aunque suene cruel. Estas personas lo que no quieren reconocer es la realidad de que el Sábado Santo es un día complicado. Es un día de nostalgia y en el que ya muchas personas no se echan a la calle. Suele ser un día tranquilo, demasiado tranquilo, y en el que cada vez hay menos nazarenos. Y esto no es un dato que yo diga por decir, es una realidad. Cada vez el número de nazarenos, especialmente en estas tres hermandades, es menor.
De hecho, solo hay que ver que la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo, que es la única que no para de crecer año tras año, no ha firmado dicho comunicado.
Quizás el problema no sea del Santo Entierro Grande. Quizás el problema sea que estas personas temen que sus hermanos que salen de nazarenos prefieran formar parte del cortejo de sus otras hermandades que formen parte de la procesión extraordinaria, en lugar de salir el Sábado Santo.
El Sábado Santo es una jornada relativamente nueva, y eso es una realidad. Y a todo esto hay que sumarle que estar hermandades o son de reciente creación o son muy antiguas pero nuevas en la nómina. Y cuando uno entra en la nómina del Sábado Santo es consciente de que se atiene a que está la Hermandad del Santo Entierro y que cada X años se puede celebrar un evento de estas características.
Hombre, creo que hay que ser consecuente y un poco más flexible. Si desde 2004 no se celebra una procesión del Santo Entierro Grande, creo que 20 años con más que suficientes para que se vuelva a encontrar la ciudad con un acto así. Primero porque la causa está más que justificada y segundo porque después de lo que hemos pasado en pandemia necesitamos de celebraciones de este tipo. Pero claro, estos que protestan son también en muchos casos los partidarios de la «Semana Santa íntima».
Ellos defienden que es mejor que se celebre una Magna Mariana o una procesión Magna extraordinaria en otra fecha. Por supuesto que estoy de acuerdo, ya que creo que somos la única ciudad que no va a efectuar un hecho de esa envergadura y yo hubiese apostado por un Magna Mariana con las grandes devociones de la Virgen María de la provincia de Sevilla. Eso sí, una vez se aprueba un Santo Entierro Grande es algo en lo que la ciudad sale ganando. Es un beneficio para los cofrades y para Sevilla en general.
Les aseguro, señores rancios, que el cofrade que quiera ver las hermandades del Sábado Santo las verá aunque salgan a la calle las dos Esperanzas de manera simultánea. No tengan ustedes miedo, que hay que saber evolucionar y tener apertura de miras. Además, que son las hermandades que forman parte del cortejo Magno las que se adaptan al día, no las del día a éstas. Osea que sus bandas van a seguir con ustedes, no se van a ir a otras hermandades. Que sus itinerarios no se van a ver alterados, se verán alterados los de las otras hermandades. Estén tranquilos, que gana Sevilla.
Otra historia es ver qué pasos conformarán el cortejo. Yo no soy partidario de hacerle caso a foros de opinión y a charlas de barra de bar. Me gustaría que se diese la oportunidad a otras hermandades, que no todo es Gran Poder, Macarena y Cachorro, y mucho menos que se elijan a pasos sin sentido. Porque Pasión en su momento sería el momento en el que Simón de Cirene ayuda a Jesús a cargar con el peso del madero, pero actualmente es un Nazareno, por lo que sería una falta de respeto no recurrir a hermandades que representan este pasaje como San José Obrero o San Roque.
Que sea lo que tenga que ser, pero que disfrutemos todos, porque gana Sevilla. Si la ciudad dice SÍ, es SÍ.