Por Juan Avecilla.

Tenía claro que quería escribirle a Sevilla, pero no sabía cómo, ni de qué. Aunque el porqué si que lo sabía; a Sevilla le escribo por amor, y eso es lo único que se, que amo a esta ciudad como a ninguna otra lo haré.

Tenía varias ideas, como si de un puzzle se tratara, pero ciertamente no sabía montarlo y cuando me puse a escribir no tenía ni idea de que escribiría, de hecho ahora mismo aún no la tengo. Y es normal, tengo la difícil tarea de escribirle un artículo a la ciudad en la que reina la Esperanza, a la ciudad de secretos y amores entre callejuelas y azahares en primaveras, y esto creerme que no es nada fácil.

Me vuelvo a perder en mi difícil tarea, me siento perdido, ¿Cómo le explico yo a Sevilla lo que siento al verla? ¿Cómo consigo que el lector sienta lo que yo siento? Luego me doy cuenta que para quererte tan solo hay que conocerte, y ojo que conocer no es ver. Conocer es ir mucho más allá de ver y hacer de turista, puesto que una ciudad, un sitio, un lugar es tan solo un mero y simple escenario aunque esté cargado de magia. La verdadera magia de Sevilla está en su gente, pues ellas son quien levanta la ciudad y le da la luz que desprende. La verdadera magia reside en las personas que la forman y que la hacen día a día.

No me hace falta ni necesito decirte en cada detalle que eres única para decirte lo que te quiero, pues no tendría sentido puesto que en tus calles las palabras se las lleva el viento y solo revolotean los besos en la plaza de Santa Marta, los abrazos en la calle Agua y las miradas eternas bajo un arco dictadas por una sentencia.

Me sigo impresionando como si tuviera la suerte de contemplarte por primera vez cada vez que te miro y cada vez que te siento. Y es que al fin y al cabo, nada tiene sentido si no lo sentimos, y perdónenme por lo que voy a decir pero Sevilla es para sentirla, y eso no se consigue con tan sólo mirarla

Entre tú y yo Sevilla y ahora que estamos a solas y en la intimidad de tus plazuelas.

Ojalá no haberte visto nunca para verte por primera vez, para pasearte por primera vez y sentir ese nerviosismo al pasar debajo de tu portada, al llegar tu semana y al disfrutar de tus tradiciones.

Como bien dijo Federico García Lorca: «El amor de mis amores, lo que más quiero en la vida, esta es mi tierra señores y se llama Andalucía».

Sevilla para vivir.