Exhaustivo análisis del arqueólogo Óscar Ramírez.

En otro orden, el Arco de la Macarena presentará tras su restauración una imagen similar a la primitiva, aunque con algunos elementos de policromía hallados durante la intervención. Se concluirán antes de la Semana Santa.
La primera fase ya ha concluido, centrándose en el lienzo de intramuros. Mantendrá su color albero, aunque menos intenso, pero recuperando materiales y pinturas con adimentos naturales, siendo el revestimiento más acorde. Se mostrará algún esgrafiado que imita al ladrillo y alguna cornisa almagra, eliminándose los elementos incompatibles en el edificio.
La intervención ha permitido descubrir aspectos como el almenado de la puerta medieval, elementos decorativos del siglo XVIII, policromías y esgrafiados en ocre o la antigua cámara del cuerpo de guardia de la muralla, ubicada en el interior izquierdo del Arco. En ese espacio se abonaría el pago por el tránsito de animales o mercancías por el interior de Sevilla.
El Arco de la Macarena se levanta sobre la primitiva puerta islámica del siglo XII, reformada por Hernán Ruiz en 1560 y reformada en 1723 y en 1795, en esta última, siendo dotada de la apariencia actual de manos de José de Echamorro.