Sois crueles – Minion Capillita

Hola amig@s! ¿Qué tal? Qué pena la sociedad que nos está quedando, de verdad. Nadie hace nada de forma altruista. Nadie piensa ya que se puede actuar con buena fe, a todo se le ve el lado negativo.

¿A qué sabe el egoísmo? ¿A qué suena la maldad? ¿Cómo se ve la suspicacia? De corazón, me siento plenamente incrédulo al descubrir que existe tantísima maldad en el mundo cofrade. Que ya no queda la inocencia y la buena fe que existía y que caracterizaba a este mundo. Todo es por y para obtener algo a cambio, ya sea notoriedad pública o tal vez un empujón económica.

Dichosos aquellos…

Dichosos aquellos que todavía tengan buen corazón y lo demuestren, no de palabra y ante un micrófono en un ambón, sino realmente con el corazón puro y con plena sinceridad.

De verdad. No entiendo cómo puede haber tanta maldad. El señor abogado Joaquín Moeckel pone parte de su capital a disposición de la Hermandad del Carmen del Puente de Triana para que ésta pueda efectuar su salida procesional con todos los efectos, y se le critica, se le juzga y se le tacha de interesado. De verdad que no logro entenderlo.

Se escapa de mi raciocinio amarillo el por qué somos tan mal pensados. Osea, nos pasamos todo el año yendo a misa reclamando que el que más tiene de más, que el que menos tiene aporte menos, y que el que nada pueda, pues nada, y ahora juzgamos que alguien de forma altruista quiera ayudar a una Hermandad que está en una época tan crítica que no puede ni realizar su procesión. De verdad, ¿no creen que puede existir buena fe? Yo no puedo pagar los 5.000 euros que vale una procesión terrestre de Gloria más lo que vale una floral, pero si es una persona pudiente y lo quiere donar, ¿por qué no? ¿Acaso está reclamando que le pongan su nombre al manto de la Virgen o una calle en el barrio?

Que sí, que te compro que es una publicidad inmejorable. Obviamente, desde tiempos inmemoriales, la «publicidad boca a boca» ha sido y será la mejor que existe. Nada mejor que el hecho de que hablen de ti, y si es para bien, pues mejor que mejor. Y si encima demuestras que eres una persona que te vuelcas con las cofradías y con las clases sociales desfavorecidas, pues haces un bien común. ¿Es culpa de Amancio Ortega o del señor Moeckel el donar dinero? No. No veo lo malo de apostar por la ciencia o las tradiciones si se tiene dinero para sufragar un acto. Después, vemos numerosos patrocinadores en conciertos, carteles, eventos o partidos de fútbol y no nos llevamos las manos a la cabeza.

¿Acaso no es lo mismo lo que hace el señor Moeckel que el del bar de la esquina o el de la panadería de tu barrio que pone un dinero para editar el boletín de la Hermandad? La vida, y pro ende como extensión de ésta, las hermandades, están subordinadas a la publicidad. ¿Significa ello que estamos abriendo un antecedente a que aparezcan mecenas en las cofradías? Obviamente no, puesto que las hermandades son del pueblo y de grupos nutridos de hermanos, pero no se equivoquen ustedes, porque las donaciones en las hermandades han existido toda la vida.

¿Saben cuál es el problema? El problema se llama Twitter. Hoy en día buscamos la notoriedad a cualquier precio, sea criticar o sea alabar, principalmente por medio de la primera, sin importar las consecuencias de nuestros actos. A mí me avergüenza que estemos creando una sociedad así y espero, de todo corazón, que pronto recapacitemos y seamos capaces de ver que, dentro de un mundo lleno de egoístas, aún quedan muchos corazones humildes. Humildad, precisamente lo que falta en esta sociedad tan banal.

Dichosos aquellos…los crueles.

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