
Por Juan Avecilla.
– Nos estamos perdiendo, nos estamos vendiendo.
-¿Cómo? ¿Que quieres decir con eso?
– ¿No lo ves? ¿Dónde está la Sevilla mágica? La de la intimidad de sus plazas y callejones, la de la cercanía de su gente y su esencia, sobre todo su esencia… está apagada ¿No lo notas?
Hace poco leí un artículo y en el decían lo siguiente : «Hay una Sevilla solitaria. Una ciudad silenciosa e íntima, delicada y recoleta, convive con el tópico del bullicio y de la gracia.»*
– Creo que no entiendo por donde vas…
– Mira, la semana pasada me fui solo a darme una vuelta por el centro, tiré por Santa Cruz hasta llegar a Mateos Gago para acabar sentado en la plaza de Santa Marta. Desde que me adentré en el centro era todo veladores llenos de extranjeros, creo que ni uno hablaba español. ¿Dónde está el sevillano?
– ¿Necesitas que haya sevillanos? ¿No serás de eso que creen en la idea :»Sevilla para los sevillanos»?
– No, Sevilla para quien la quiera y respete. Sin importar tu lugar de nacimiento o tu origen, puedes haber nacido en Burgos y amar a esta ciudad, sus tradiciones y su idiosincrasia….y respetarla, claro. He visto a gente de fuera haciéndose selfies con nazarenos de Rúan, por eso destaco la importancia del respeto.
– ¿Existe la gracia sevillana?
– Existe, pero sin exageraciones.
El Domingo de Ramos estuve con mi grupo de amigos y vino una chica madrileña, estábamos en la cuesta del Rosario esperando la llegada de la Hermandad de La Cena y en esa bulla conocimos a un hombre y empezamos a hablar como si fuera nuestro conocido de toda la vida, y al ver esto la chica madrileña dijo : «Pues esto en Madrid no pasa».
Creo que Sevilla es cercana, la gente es cercana…pero es así porque nos hemos criado así y lo hemos visto desde que éramos unos críos. Yo me he criado comprando en mercadillos donde los vendedores gritaban los precios, la Sevilla del butanero que grita la famosa palabra al llegar a tu calle, esa Sevilla.
Y esa Sevilla es cercana, es de barrio, me encanta esta cercanía que se respira, y cuando el centro está lleno de gente que no es de aquí, esto se pierde.
Cada vez me gustan más los bares de barrios, son los únicos bares donde no están llenos de guiris.
– continúa…
– Si, la Sevilla que le grita guapa a la virgen. La de las flores y las petalá, la de la Cruzcampo en mano y de pie….esto último ya se está perdiendo.
La de tender en el balcón, con decirte que no he usado en mi vida una secadora, aquí no las necesitamos.
Nos estamos vendiendo y eso nos hacer perder parte de nuestra esencia. Igualmente, el 20% del PIB de la ciudad viene del turismo, esto es peligroso.
– ¿Peligroso?
– Mucho, que 2 de cada 10 euros que ingrese la ciudad dependa de que nos visiten o no me inquieta, no quiero que mi ciudad dependa de si la gente viene o no, no quiero el pan de mis vecinos dependa de nadie.